En primera persona: Adinkide

Miryam López, responsable de Adinkide en Gipuzkoa, detalla cómo es su labor en la entidad y su vinculación con la estrategia
¿Cómo y por qué decidieron vincularse a la estrategia Hariak?
En Adinkide compartimos la misión y la visión de Hariak. Al final, detrás de cada actividad de socialización que organizamos y de cada vínculo que generamos entre las personas mayores y las personas voluntarias, nos mueve el objetivo de abordar el fenómeno de las soledades, desde una perspectiva intergeneracional y colaborativa, y a través del fortalecimiento de los vínculos sociales y comunitarios. De hecho, la labor de nuestra fundación se centra en prevenir y reducir la soledad no deseada de las personas mayores de 65 años mediante la promoción del voluntariado y las redes vecinales.
A menudo vemos cómo la sociedad mete en un mismo saco a todas las personas mayores, como si todas fueran iguales, al igual que se retrata a quien siente soledad con estereotipos que solo contribuyen a estigmatizar y agravar el problema. Pero la realidad es que la soledad es un fenómeno muy complejo; no deja de ser un sentimiento subjetivo que indica que nuestras relaciones sociales y afectivas son insatisfactorias, por cantidad o calidad, pues tal como observamos a diario cada persona lo vive de una manera única y por causas muy diversas. No hay una solución válida para todo el mundo: por eso, antes de nada, el equipo de Adinkide se acerca a cada persona mayor para conocer su situación, sus necesidades, sus expectativas y preferencias, su contexto y su historia de vida. Y a partir de ahí buscamos cuál es la alternativa más adecuada a su caso, tejiendo nuevos lazos de amistad con personas voluntarias y vecinas, que a su vez hemos conocido a fondo para conectar perfiles afines. Pero también es clave regenerar la red social que la persona mayor ha ido perdiendo con la colaboración de su entorno más cercano, ya sea el barrio, la comunidad, otros recursos y agentes públicos y privados… Por eso es fundamental una estrategia marco como Hariak que englobe a los diferentes elementos que trabajamos en torno a las soledades y con el impulso de la Diputación Foral de Gipuzkoa y Adinberri.
Hasta la fecha, ¿en qué ha consistido su participación en la estrategia?
Desde el inicio hemos podido aportar nuestra opinión y experiencia en la construcción de la estrategia, sin duda un proceso participativo muy enriquecedor que ha permitido conocer realidades diversas en torno a la soledad. Además, desde Adinkide hemos colaborado en diferentes acciones puestas en marcha dentro del marco de Hariak. A través de la iniciativa Zaintza Herrilab hemos participado en la creación de ecosistemas de cuidados en municipios de Gipuzkoa, pudiendo trabajar en un mismo objetivo con entidades públicas, privadas y comunitarias relacionadas con el envejecimiento.
Tradicionalmente la soledad se ha infravalorado al ligarla al terreno de lo emocional, como si no tuviera incidencia en la salud ni tuviera que ser objeto de estudio. Desde hace tiempo esto ya está cambiando, como demuestran Hariak y otras iniciativas impulsadas por la Diputación de Gipuzkoa. Aunque a veces Adinkide pueda destacar más como una entidad de intervención social por el trabajo de acompañamiento que realizamos, nos parece fundamental que esa labor responda a una estrategia y a unos objetivos y resultados que sean evaluados para, justamente, aplicar mejoras constantes en todo lo que hacemos. De hecho, ya veníamos trabajando desde hace tiempo: internamente estamos impulsando herramientas en esta línea, como un Plan Estratégico 2021-2026, encuestas de seguimiento y satisfacción para medir nuestro impacto, evaluación del modelo participativo, o participando en estudios liderados por otras entidades, como Bakardadeak, de Matia Fundazioa, donde se ha constatado el impacto positivo de nuestra labor en las personas mayores que participan en Adinkide.

¿Qué proyectos están realizando en Adinkide específicos para paliar la soledad no deseada?
Como decía, la soledad es un fenómeno complejo y diverso. Por eso en Adinkide trabajamos con un enfoque 360 que nos permita actuar sobre las diferentes aristas que influyen en la soledad en todas sus fases, desde las causas hasta las consecuencias. Por eso desarrollamos diferentes proyectos que abarcan la detección, la prevención, el acompañamiento, la socialización y la sensibilización.
El programa más reconocible quizá sea el de acompañamiento afectivo, que desarrollamos tanto en domicilios como en residencias: unimos a la persona mayor con una persona voluntaria para que cada semana queden y tejan lazos de afecto y amistad: charlando, tomando un café, dando un paseo…
En el programa Grandes Vecinos (Auzokide Bikainak) ponemos el foco en prevenir esa soledad, recuperando las relaciones vecinales de toda la vida. Suelen ser personas mayores que aún conservan autonomía física y cierta red de apoyo pero que desean conocer más gente o simplemente mantenerse socialmente activas. En este caso conectamos a la persona mayor con un grupo de varias personas vecinas, con el fin de que con una periodicidad flexible queden para compartir actividades en el barrio: dar una vuelta, acompañarse a un recado y luego irse de pintxos, ir juntas a una exposición… O, tal como hemos impulsado en Pasaia, un grupo de vecinas de diferentes edades de Adinkide han estrechado lazos a través del tejido comunitario con ganchillo; gracias a este proyecto vecinal e intergeneracional, estas mujeres de Pasaia han llegado a crear la Dama de la Biodiversidad, una gigante a base de ganchillo que encierra historias compartidas en torno a la soledad o el vínculo con el entorno.
Asimismo, trabajamos en la detección de la soledad, colaborando para ello con recursos que en su día a día también se relacionan con personas mayores, como profesionales de los centros de salud y servicios sociales de las administraciones públicas; otras entidades con las que colaboramos, como el Teléfono de la Esperanza de Gipuzkoa, con la que nos complementamos derivándonos mutuamente situaciones en las que ambas entidades podemos dar apoyo específico a la persona mayor. Pero la detección tiene que traspasar la red institucional y naturalizarse en la calle, en los barrios.
La sensibilización es otra de las líneas de trabajo de Adinkide: en un mundo cada vez más envejecido y solitario, resulta esencial tomar conciencia desde joven de que todos vamos a tener que enfrentarnos en algún momento de nuestras vidas a la soledad no deseada. Así, damos a conocer esta realidad, así como las alternativas saludables que existen a través del voluntariado y las relaciones intergeneracionales y vecinales, a través de los medios de comunicación, redes sociales, acciones de sensibilización en calle, actividades comunitarias con otras entidades, formaciones y charlas, ferias de voluntariado, etc.

¿Cómo son los procesos de acompañamiento que desarrollan? ¿Cuántas personas hay vinculadas ahora mismo?
Los acompañamientos se adaptan a las necesidades e intereses de la persona mayor, teniendo en cuenta también su entorno más cercano, desde el barrio al municipio. En la actualidad, actuamos presencialmente en Donostia, Lasarte-Oria, Pasaia y Tolosa, con el importante apoyo de la Diputación de Gipuzkoa, además de la colaboración de los diferentes ayuntamientos y empresas. Solo el año pasado participaron unas 230 personas en nuestros diferentes programas, entre mayores y voluntariado. Y la cifra va incrementándose acorde al reto demográfico y sociológico que supone la soledad y el envejecimiento.
Por eso para Adinkide es clave la coordinación con los diferentes recursos existentes y así construir un ecosistema de cuidados. Uno de los principales objetivos de este modelo es que las personas mayores puedan vivir en su domicilio el máximo tiempo posible y evitar así la institucionalización.
¿Qué requisitos tienen que cumplir las personas que quieran colaborar de manera voluntaria con Adinkide?
En realidad cualquier persona puede hacer voluntariado en Adinkide. Es más, hay personas desde los 16 años hasta quienes ya han cumplido los 80, sin duda un ejemplo de envejecimiento activo acompañando a otras personas mayores. Es tan fácil como apuntarse a una sesión informativa a través de nuestra web adinkide.org, en la que explicamos los diferentes tipos de voluntariado, y después se realiza una entrevista.
Para todas las personas voluntarias ofrecemos una formación inicial para ese acompañamiento afectivo. Y, durante su voluntariado, contará con formación periódica en ámbitos que pueden serle de utilidad, como gestión de emociones, prevención de caídas, dinamización de equipos, gestión del duelo, etc. La persona voluntaria siempre contará con el apoyo del equipo profesional de Adinkide, que igualmente brinda apoyo a la persona mayor cuando lo necesita.