El 20% de los adultos que viven en España se sienten solos en este momento y el 13,5% sufre soledad crónica, desde hace dos o más años, si bien entre las personas con discapacidad la prevalencia de soledad no deseada es 30 puntos superior a las que viven sin discapacidad, con un 50,6%. Además, las mujeres con discapacidad afirman padecer soledad no deseada en mayor proporción que los hombres, con un 54,3% frente al 45,7%. Así lo pone de manifiesto el ‘Barómetro de la soledad no deseada en España 2024’, elaborado por Fundación ONCE y Fundación AXA dentro del Observatorio Estatal de la Soledad No Deseada.
Tanto la fragilidad (fisiológica) como la vulnerabilidad social (escasez de conexiones sociales adecuadas, apoyo o interacción) se hacen más comunes a medida que las personas envejecen y se asocian con consecuencias adversas. Los análisis de las relaciones entre estos constructos pueden verse limitados por la amplia gama de medidas utilizadas para evaluarlos. En esta revisión sistemática, se sintetizan 130 estudios observacionales que evalúan la asociación entre fragilidad y vulnerabilidad social, las relaciones longitudinales bidireccionales entre los constructos, y sus asociaciones conjuntas con resultados adversos para la salud.
El presente informe se divide en tres partes fundamentales que pueden leerse y comprenderse de forma independiente, pero que se complementan entre sí. La primera parte se describen los diferentes aspectos contextuales que configuran el binomio “soledad-vejez”. Se han incluido conceptos básicos que permitirán entender la soledad como fenómeno y constructo, así como su relación con otros fenómenos que necesariamente hay que tener en cuenta, como es el aislamiento social.
Posibilitando espacios de encuentro en el barrio a través de la digitalización de las personas mayores.